El teatro enciende la luz interna.
La herramienta emopedagógica Neuroeducación Dramatizada forma parte de la filosofía de Neurofides para reaprender a pensar el mundo. Una sinapsis teatral dirigida al ambiente del sujeto en su concepto más amplio, familiar, social y de educación.
El objetivo de esta herramienta es guiar, acompañar, atender un conflicto, dar un alivio, ofrecer soluciones diferentes o alternativas ante desórdenes vitales.
El teatro es valioso ya que es una disciplina artística que permite ver, mirar, contemplar, todas las conductas humanas; y al observarlas, las puedes pensar, emocionar, y aprender de ellas, por tanto, las puedes corregir. Hace posible la transformación de la visión del mundo, continuando así con el concepto de Augusto Boal (dramaturgo, escritor y director de teatro brasileño) conocido por el desarrollo del Teatro del Oprimido, método y formulación teórica de un teatro pedagógico que hace posible la transformación social.
El teatro, como en la vida misma, integra la palabra como herramienta comunicativa. Neurofides la utiliza desde su función expresiva y curativa.
Concebimos el teatro como herramienta necesaria para la vida. El teatro es compartir, es cooperar, es completar. En el teatro se trabaja constantemente con la reacción de otra persona; se necesita al otro para que funcione. Es la herramienta del cerebro social que conecta en la misma línea dimensional al director, al intérprete, y al público. Si no existiera esta conexión, no existiría el teatro. La transversalidad de la que se nutre le otorga su eficiencia; la confianza que se establece, le otorga el poder de sanar.
Es una herramienta creativa, motivadora, que mantiene la luz encendida. Nos mantiene atentos, intuitivos, resolutivos, despiertos.
El teatro va más allá de lo profesional, es un modo de vivir; es vivir con la disposición de encontrar el orden que restablezca el equilibrio perdido por el conflicto.
Nos basamos en los resultados que ofrecen las técnicas interpretativas en la persona.
El teatro nos desinhibe y modifica las conductas estereotipadas, quita velos, lo muestra todo, sin puntos ciegos, te ves en el otro (Hamlet), y ves al otro como el medio para ser consciente de tu actitud, de tu conducta, de tu pensamiento. El otro es una oportunidad para sanar.
El teatro es emoción. La emoción te saca de tu estado, te mueve, te enseña, te educa. Un cerebro que se emociona es un cerebro que aprende. Un cerebro que actúa es un cerebro que comprende.
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El teatro es una herramienta social que indaga, reflexiona y comparte pensamientos desde un enfoque dinámico, creativo y solidario.
Las obras breves de neurodramatización (microteatro) han sido escritas de manera conjunta por Imma Abad y Luisa Redondo, cofundadoras y terapeutas de Neurofides; y representadas por Gemma Vidal (filóloga, actriz, docente), y Diego Moon (actor, director, gestor cultural), terapeutas colaboradores del proyecto.